En mi trabajo relaciono el
plástico PET con la iluminación, observé que aparecía un reflejo
que genera un espacio privado en el interior y con ello un límite
físico, ya que cuando no hay reflejo ese límite es psicológico,
entendiendo un límite físico aquel que impide la relación entre un
espacio y otro, y como un límite psicológico el que podemos ver,
aún sin llegar a ser un elemento físico sabemos donde esta, por lo
cual no divide la relación entre un lado y el otro, así mismo cabe
señalar que cuando hay un reflejo muy grande, el interés por lo que
ocurre en el interior, aumenta y a medida que el reflejo desaparece
el intercambio de información aumenta, pero el interés del
individuo disminuye, ya que todo lo que tenemos a la vista pierde
interés para nosotros.
Para desarrollar mi planteamiento he
dado una forma básica al habitáculo, y lo he usado como útil para
modelarlo, pudiendo así focalizar distintas alternativas al
proyecto, llegando al estudio de las posibilidades de acoplarse unos
con otros, por ser la solución más sencilla para que las
agrupaciones tengan un crecimiento ilimitado.
La utilización de una figura
geométrica como el hexágono viene justificada por ser ésta la de
mayor aprovechamiento del espacio en acoplamientos múltiples.
¿Todos los módulos tienen la misma
forma? Esta claro que no, ya que a lo largo de la vida nuestras
situaciones van cambiando y tenemos unas necesidades de espacio
diferentes, pero en todo momento, el módulo para nosotros va a
darnos una “supuesta” protección, una seguridad, igual que puede
dárnosla el llevar un amuleto.
Podemos utilizar el espacio mediante
estos módulos tanto en horizontal, como en vertical, ¿qué
diferencia aparece en la ciudad por la utilización de una forma o de
otra? Si lo ponemos en vertical, perdemos esa vinculación entre el
espacio privado y el espacio público, además de tener unos
recorridos normalizados, sin ninguna posibilidad de variación, por
lo que la posición horizontal, nos da situaciones más interesantes
unida a los juegos de reflejos, así como a la libertad de
recorridos, y una mayor generación de ciudad, ya que ésta aparece
con las interacciones entre individuos.
Las relaciones entre
individuos varían en función del tipo de iluminación existente
siendo más relajadas cuando esta es dispersa y más tensa cuando se
trata de una iluminación focalizada. Esta modificación de estados,
además se ven afectados por factores como el ruido, la distorsión y
el reflejo. El primero tiene una influencia importante en el estado
anímico de las personas y ha de estar en consonancia con el tipo de
iluminación existente en el ambiente, para generar relajación o
agitación, pero éste no siempre lo podemos controlar, el segundo es
generado por la modificación del elemento plástico que utilizamos
al entrelazar distintas capas, generándose así una distorsión que
logra variar el efecto que genera (con la excepción de opacidad o
transparencia total en los cuales queda anulada) el tercer elemento
como es el reflejo.
Otras condiciones que lo
modifican es el lugar donde este situado o el momento del día en el
que nos encontremos.
Por todo ello podemos
encontrarle cierta similitud con las relaciones de las redes
sociales, ya que además de poder ver la vida privada de todos los
que la hacen pública, las relaciones también son diferentes según
tu relación con el individuo y la situación en la que ocurre.
La forma de entender el
espacio cuando todo es privado es lineal, mientras que cuando
empiezan a aparecer módulos públicos, la forma de entenderlo es
múltiple, así como inesperada.
Para relacionar el espacio
privado con el público, además de utilizar como filtro los reflejos
he introducido los colores, que nos permiten hablar de nuestro estado
de ánimo en cada momento, siempre implementado por el juego de
reflejos.
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